Uno de los pocos gustos que conservo de mis días de adolescente es la afición por la novela histórico - aventuresca. Los que me conocen de esos años saben que era capaz de terminar trilogías completas en un tiempo mínimo. Desgraciadamente, en estos años, es un gusto que escasamente puedo darme. Eso no significa que ya no lea (es un hábito que afortunadamente supieron bien inculcarme mis padres) sino que mis lecturas, por falta de organización, ahora se limitan al aspecto técnico.
Me caracterizo por ser una persona curiosa. En medio de mis curiosidades, me lanzo en busca de acontecimientos que me ayuden a seguir creyendo que esos mundos que nos narran los libros, son posibles.
Esta es una nota que apareció en el semanario dominical de "La Jornada" Es un poco viejito (se publicó hace dos años). Lo comparto esperando que lo disfruten tanto como yo.
¡En guardia, os lo ruego!
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