De rebeldes perras monumentales.

Cuando era niño solía leer, dibujar, jugar, y en realidad veía poca televisión; sin embargo los fines de semana había veces en que deseaba ver algún programa o película, cosa que no me era posible porque vivía con alguien que gustaba de ver TODOS los partidos que pasaran en televisión abierta, dejándome generalmente con las ganas; además de esto, en varias ocasiones fui arrastrado a partidos de futbol llanero donde lo más interesante que había eran los demonios de polvo que solían hacerse. Como resultado crecí con un sano rechazo al futbol.

Nunca vi uno igual, pero de que son divertidos, lo son!

Con frecuencia he sido cuestionado por esto, y no pocas señalado como bicho raro o de plano tachado de “pinche mono mamón”, sin embargo hace poco alguien me hizo una pregunta que nadie realmente me había hecho: ¿Que tiene de malo el futbol?

Lo diré en tres palabras: espectáculo, violencia e ignorancia.

No es rara la violencia en el futbol, existe desde que el deporte surgió, hay películas sobre el tema, y una canción sobre un lamentable suceso en el estadio Azteca. No entiendo en verdad el porque, pero la gente tiende a tomar los eventos deportivos donde compiten en equipos como si de verdaderas declaraciones de guerra se tratasen, desde agresiones verbales, hasta batallas campales o hechos verdaderamente delictivos como lanzar petardos y piedras a seguidores del equipo contrario, con las consecuencias lógicas.

Penoso en nuestro país donde la discriminación se manifiesta también en eventos que debieran ser en verdad de sano entretenimiento,  al menos cuando hay encuentros de los llamados clásicos, mi timeline en Facebook se llena de agresiones, menosprecios, insultos y ofensas al por mayor. ¡Vamos! dos personas a las que respeto mucho por su cultura, su compromiso social, sus cualidades intelectuales, se transforman totalmente por el mentado deporte. Todo esto me parece absurdo, cuando lo que necesitamos como sociedad es unidad y tolerancia.

Por otro lado, aunque no se mucho del deporte, hace años escuché en un programa deportivo que cambiaban el reglamento para favorecer el espectáculo,  mas claro no puede ser, pan y circo en pleno. La parafernalia en torno al futbol, los contratos millonarios que dejan a los jugadores casi en calidad de modernos esclavos, las millonadas cobradas por anunciarse en el medio tiempo, todo apunta desde mi punto de vista a que el deporte pasa a segundo termino y no es más que un negocio millonario que se aprovecha del fanatismo generado. Algo igualmente lamentable ya que según yo los encuentros deportivos debieran ser realmente utilizados para promover una cultura de respeto y tolerancia.

Finalmente, me resulta realmente molesto que la banalidad y la estupidez sean el pan de cada día en muchas familias mexicanas, los ídolos del común de la gente son personajes que si bien pueden ser buenos en su trabajo son por lo regular gente con una cultura más bien pobre, con dificultades para expresarse más allá de clichés y frases hechas y no pocas veces con expresiones, gestos o ademanes repetitivos y sin la menor gracia, pero que por alguna razón le encantan a la gente, ejemplos hay muchos, la televisión nacional está llena de ellos (Chespirito, Adal Ramones, Brozo, varios conductores de Telehit, etc), y en el futbol, los ridículos festejos de gol de los jugadores. Que por cierto, con uno de ellos también se dejo entrever el ambiente machista que priva en el medio, donde no solo las mujeres figuran poco o muy poco (al menos nunca me ha tocado ver un partido de futbol femenino transmitido en horario estelar), sino que en un total absurdo se trata de disimular el daño de la violencia en el deporte, pero se hace un escandalo por un beso simulado entre dos jugadores masculinos.

No me parece malo como deporte, de hecho, de niño alguna vez jugué en la escuela o con familiares, admito que los resúmenes de buenos goles me parecen entretenidos, en cuanto a trabajo lo respeto más que al mundillo del espectáculo, pero mientras el futbol siga siendo motivo de actitudes violentas, los grandes ídolos sigan siendo ejemplo de ignorancia y patanería (Maradona, Blanco, Sánchez), y mientras un futbolista sea mas admirado que un científico o un luchador social, lo siento, me seguirá pareciendo un mero espectáculo vulgar y sin sentido.