En la columna de La Jornada Aprender a morir he encontrado certeros comentarios que motivan a la reflexión en torno a nuestra forma de ver la muerte y como lidiar con esas etapas en las que un ser querido está proximo a ella. En la columna publicada hoy, Cuidar enfermos / I leo un comentario de "Elba Flores, teóloga y sicoterapeuta" que me inspira prfundamente, se los comparto, por que he visto lo que ocurre cuando la bondad mal entendida daña a quien cuida a un ser querido:
"...la caridad, pero entendida como ágape, como donación de mí sin dejar de ser quien soy pues la enajenación de la donación impide que haya donación a partir del sujeto. Sin olvidarme de mí mismo me acuerdo de las posibilidades de crecimiento del otro. Estás enfermo y aun así puedes crecer. Estoy dispuesto a ayudarte para tu bien y a la vez como posibilidad de mi crecimiento personal."
"No puede la persona que cuida aspirar a hacer el bien si no tiene consciencia de su bien y de su bondad, no sólo de su condición de proveedor de servicios, por más profesionales que se quieran."
Recuerden que el amor cuando daña ya no lo es.
"...la caridad, pero entendida como ágape, como donación de mí sin dejar de ser quien soy pues la enajenación de la donación impide que haya donación a partir del sujeto. Sin olvidarme de mí mismo me acuerdo de las posibilidades de crecimiento del otro. Estás enfermo y aun así puedes crecer. Estoy dispuesto a ayudarte para tu bien y a la vez como posibilidad de mi crecimiento personal."
"No puede la persona que cuida aspirar a hacer el bien si no tiene consciencia de su bien y de su bondad, no sólo de su condición de proveedor de servicios, por más profesionales que se quieran."
Recuerden que el amor cuando daña ya no lo es.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario